Muchas circunstancias pueden llevar a dar a lugar a roturas en las placas para fachadas. Casi todas tienen que ver con solicitaciones no previstas por los diseñadores, aunque en un número de ocasiones mayor al deseable, se relacionan con un inadecuado dimensionamiento de los espesores de las placas y del sistema de anclaje.
Las grietas se producen por el mismo tipo de causas, con lo cual las tratamos de la misma manera que las roturas. Las más usuales son las siguientes:
Roturas o grietas por flexión
Se producen cuando las placas de la fachada se rompen al estar sometidas a esfuerzos de flexión mayores a los que pueden soportar. Normalmente, esta patologías se da cuando los espesores de la placa han sido mal calculados, o las solicitaciones de viento y sismo son mayores a las previstas.
Cabe destacar que el correcto dimensionado de las placas es vital para evitar en gran parte este tipo de patologías. Para ello, existen a disposición de los proyectistas y responsables del cálculo varias publicaciones, entre ellas la norma UNE 22203 "Productos de piedra natural. Construcción de aplacados de fachada con piedra natural", o la Guía para el diseño, construcción y mantenimiento de fachadas de piedra natural.
Roturas o grietas por contante
Se dan cuando en los puntos de anclajes se crean tensiones mayores a las que la placa puede soportar. Suelen producir cráteres como el de la imagen.
Ocurre con frecuencia en el caso de un cálculo deficiente de los espesores de las placas o de la cuantía y dimensionamiento de los anclajes.
Resultará importante realizar una prueba específica de carga sobre las sujeciones, para determinar la resistencia de las mismas.
En las publicaciones mencionadas en el apartado anterior existen referencias para el correcto cálculo de estas cuestiones.
Roturas o grietas por impacto
Se pueden producir cuando las placas sufren un impacto que, normalmente, supone un esfuerzo no previsto o cuando las fuerzas de impacto son mayores a las previstas en proyecto.
En fachadas, lo más común es que ocurran en la zona de los zócalos, es decir, la zona más baja de la edificación, en las que tanto los viandantes como los vehículos u otros objetos pueden impactar contra las placas.
Para evitar esta patología es importante calcular los espesores de las placas teniendo en cuenta estas solicitaciones, en las plantas bajas, o bien macizar éste área, bien con mortero por el trasdós, bien escogiendo otra solución para las zonas más susceptibles de recibir impactos importantes.
Como material de protección de estas zonas con riesgos de impactos se puede rellenar la cámara de aire con un mortero de cemento/cal.
Se pueden producir cuando las placas sufren un impacto que, normalmente, supone un esfuerzo no previsto o cuando las fuerzas de impacto son mayores a las previstas en proyecto.
En fachadas, lo más común es que ocurran en la zona de los zócalos, es decir, la zona más baja de la edificación, en las que tanto los viandantes como los vehículos u otros objetos pueden impactar contra las placas.
Para evitar esta patología es importante calcular los espesores de las placas teniendo en cuenta estas solicitaciones, en las plantas bajas, o bien macizar éste área, bien con mortero por el trasdós, bien escogiendo otra solución para las zonas más susceptibles de recibir impactos importantes.
Como material de protección de estas zonas con riesgos de impactos se puede rellenar la cámara de aire con un mortero de cemento/cal.
Roturas o grietas por la acción del hielo
En ambientes fríos, cuando al agua se introduce en los poros del material pétreo, puede llegar a cristalizar convirtiéndose en hielo. Cuando este fenómeno ocurre, se produce un aumento de volumen de esa agua, que puede crear tensiones en los poros de la piedra haciendo que este material se degrade, produciendo cráteres, fisuras o incluso la rotura de la placa.
Para prevenir esta patología, será necesario acotar el problema realizando un ensayo de resistencia al hielo-deshielo, sobre la piedra elegida, antes de su colocación.